Parece ser que sonreír tiene más implicaciones de las que
inicialmente podrías pensar. Se ha comprobado que incluso los fetos sonríen en
el útero, o que bebés invidentes también lo hacen al reconocer la voz de un
humano. Esto evidencia que se trata de un mecanismo innato que vamos perdiendo
con el tiempo, ya que mientras los niños sonríen una media de 400 veces al día,
tan sólo un 33% de los adultos lo hace más de 20.
1. Sonreír para ser
más feliz
Cuando sonríes el cerebro interpreta que estás contento y
libera sustancias capaces de alegrarte, como demuestra una recopilación de
estudios. En una de las investigaciones que aparecen, unos participantes debían
sostener durante un rato un lápiz con la boca de forma que se les dibujara una
falsa sonrisa. Al terminar, la mayoría confirmó que les había mejorado el
humor.
Incluso existe el efecto contrarío. Un reciente estudio
demostró que la gente que se inyecta Botox en las patas de gallo y pierde la
capacidad de sonreír con naturalidad tiene más tendencia a deprimirse.
2. Sonreír para
provocar emociones positivas
Sonreír no sólo te alegra a ti, sino que también envía la
señal a aquellos que te rodean de que eres una persona social, confiable y
cercana. Y además es evolutivamente contagioso.
Te habrás dado cuenta de que cuando sonríes a alguien,
incluso a un desconocido por la calle, es probable que te devuelva la sonrisa.
En realidad la mitad de la gente devuelve la sonrisa a un extraño, tal y como
se demostró en este estudio.
Aunque creas que eso ocurre por cortesía, realmente es por
el efecto de las neuronas espejo y la reciprocidad. Cuando te devuelven la
sonrisa, lo que consigues con esto es inducir un cambio positivo en el estado
emocional de esa persona. Y eso es muy beneficioso porque inconscientemente
asociará esa sensación con tu presencia.
Y un estudio de la universidad de Harvard evidenció que cuando alguien está contento,
la gente cercana tiene un 25% más de probabilidades de ponerse contento
también.
En resumen: cuando sonríes, te sientes bien. Cuando los
demás te ven, sonríen también. Y cuando sonríen, se sienten bien.
3. Sonreír para que
confíen en ti
Una sonrisa auténtica es una señal de que somos alguien en
quien se puede confiar. Se ha comprobado en este estudio que cuando las
personas cooperan tienden a mostrar más sonrisas genuinas, y eso a su vez hace
que sean percibidas como más generosas y extrovertidas.
Pero sonreír también provoca que nos apetezca confiar más en
la gente: en un estudio de 2001 se demostró que las personas eran un 10% más
propensas a confiar en otra persona si ésta estaba sonriendo
Mientras que una sonrisa nos presenta como personas
amistosas y sociales, las personas que no sonríen son percibidas como más
amenazantes e incluso más poderosas, lo que puede resultar útil para
ciertos individuos que quieren mantener la distancia y la imagen de un estatus
superior.
4. Sonreír para que
te perdonen
Solemos tratar con más condescendencia a la gente que,
tras cometer un error o hacer algo malo, sonríen.
En el estudio de 1995 se demostró que no es necesario que la
sonrisa sea real y que funciona incluso cuando la sonrisa es falsa.
Probablemente la causa sea que, como has visto en el punto anterior, cuando
alguien sonríe después de equivocarse nos trasmite la sensación de ser más
honesta.
En situaciones embarazosas también hay estudios que han
demostrado que bajar la mirada con arrepentimiento y sonreír ligeramente
estrecha los lazos sociales con los demás para que empaticen con nosotros, por
lo que sirve para que nos perdonen más rápidamente.
5. Sonreír para
encontrar soluciones
Las personas bajo presión o en condiciones de estrés tienden
a reducir su visión periférica y centrarse tan sólo en lo que tienen enfrente,
el efecto llamado como visión túnel. Y no tan sólo ocurre a nivel visual, sino
que a nivel resolutivo también dejamos de contemplar ideas más allá de las que tenemos
delante de las narices.
Lo que ocurre es que a menudo, para solucionar algo
necesitamos pensar de forma más abstracta y considerar también otras propuestas
menos convencionales.
En esas ocasiones, sonreír puede reducir nuestra
estrechez de miras e incrementar nuestra flexibilidad e imaginación, que es
precisamente lo que nos conviene.
En un estudio de 2010
los participantes que sonreían sacaron mejor puntuación en tareas que requerían
una visión más global de los problemas.
6. Sonreír para
seducir
En un estudio de 1985 los psicólogos comprobaron el
increíble efecto de la sonrisa femenina sobre los hombres, incluso por encima
del contacto visual. En esta investigación, cuando la mujer estableció sólo
contacto visual con los hombres fue abordada en un 20% de los casos. Cuando
esa misma mujer añadió una sonrisa, el porcentaje subió hasta el 60%.
Sin embargo esto no
funciona al revés. Así como la sonrisa incrementa el atractivo de la mujer
frente el hombre (y seguramente también reduce el miedo de éste a ser rechazado
si se acerca) parece ser que la sonrisa del hombre no es tan atractiva. Este
estudio evidenció que los hombres resultan más atractivos para ellas cuando se
muestran orgullosos o incluso avergonzados en lugar de contentos.
Parece ser que sonreír menos resulta masculino y eso atrae
al sexo femenino, pero yo en el caso de los hombres no dejaría de sonreír
porque una ligera sonrisa que exprese orgullo o picardía también puede resultar
muy atractiva.
7. Sonreír para
mentir
Si las sonrisas verdaderas transmiten honestidad y confianza
sería lógico presuponer que es difícil que alguien nos consiga engañar con
una sonrisa falsa.
Sin embargo la realidad es que hasta un 80% de las personas
son capaces de fingir el estrechamiento de los ojos que ocurre en las sonrisas
Duchenne. Por lo tanto, a pesar de que no es sencillo fingir perfectamente una
sonrisa verdadera porque también tiene unos tiempos determinados (tarda más
tiempo en formarse que una real), sí que se puede usar para mentir y ocultar lo
que realmente pensamos.
Si quieres usar el enorme poder de la sonrisa para engañar a
alguien, recuerda que las
sonrisas que toman forma más lentamente son percibidas como más fiables y
auténticas.
8. Sonreír para ganar
dinero
En un estudio realizado en camareras evidenció que obtenían
más propinas cuando sonreían a los clientes. Parece lógico dado que sonreír
provoca emociones positivas en los demás y nos hace parecer más honestos y
transparentes.
Sin embargo, en las profesiones en las que se exige sonreír
de forma constante, como azafatas, animadoras y demás, ocurre un fenómeno
conocido como trabajo emocional que puede llegar a agotar debido a que existe
una contradicción constante entre las emociones reales y las que se muestran.
9. Sonreír para
mejorar la salud
Algunos estudios científicos han probado que sonreír libera
endorfinas, serotonina y otros analgésicos naturales que produce nuestro
cuerpo. También se ha asociado la sonrisa a la reducción de los niveles de
hormonas causantes del estrés (adrenalina, cortisol y dopamina) y la
disminución de la presión arterial. Podría decirse que sonreír es un casi un
fármaco natural.
El nivel de placer depende de todas formas de quién nos
sonría: es muy alto si se trata del rostro de un bebé o de un famoso, elevado
si es un familiar o un amigo, y bastante más bajo si se trata de un político.
El estudio concluye que ver una sonrisa sincera puede crear
en nosotros una sensación placentera superior a la de tener sexo, comer
chocolate o ir de compras, en ese orden. Así que sonríe y empatiza con la gente
que lo esté pasando mal: no sólo les apoyarás, sino que también les aliviarás
el dolor.
10. Sonreír para
vivir más
En una de las investigaciones se estableció una
correlación entre la sonrisa y la longevidad. En ella, se estudiaron las
fotos de los jugadores de béisbol de la liga americana del año 52 y se observó
como aquellos que aparecían sonriendo vivieron un promedio de 7 años más que aquellos
que se retrataron con gesto serio.
Fuente: Habilidad Social
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